¡YA NO ESTOY EN LA MENOPAUSIA Y ESTOY LIBRE DE CÁNCER!
Mi viaje comenzó en enero de 2014 cuando me diagnosticaron un cáncer de endometrio. Después de 4 biopsias, Pet Scan y MRI, la conclusión fue tener una histerectomía completa y esta fue la única solución que me ofrecieron. A través del miedo, finalmente me rendí aceptando que me hicieran esta cirugía a finales de julio de 2014.
Sin una búsqueda, fui guiada a Malieokalani, una graduada de The Four Winds, quien me dio mi primera sanación chamánica. Esto creó una apertura para ayudar a mi alma a salir a la superficie y liberar todas las formas de apegos y bloqueos energéticos. Esto es lo que realmente me inspiró a seguir las enseñanzas chamánicas ofrecidas en The Four Winds.
Recibí el Rito del Vientre el 11 de octubre de 2014, y al día siguiente de regalar este rito a mi sobrina, mi período comenzó. No he tenido la regla desde febrero de 2014. Ya no estoy en la menopausia, y estoy libre de cáncer. Mi útero ha vuelto a limpiarse y mi nuevo software se ha descargado en mi nuevo camino. Tuve el honor de ofrecer mi sangre a Pacha Mamma y la enterré en la tierra:
Libero mi miedo para poder abrazar la libertad
Libero mi dolor para poder abrazar la alegría
Libero mi ira para poder abrazar la compasión
Libero mi tristeza para poder abrazar la paz.
¡Gracias Madre Tierra por todo lo que has creado!
Mis médicos me han trasladado de Oncología a Ginecología especializada.
Todavía están tratando de entender lo que ya no existe.
AHO!
Sonia Petrilli
Desde Montreal, Canada
ESTE RITO FUE TAN IMPORTANTE, SIGNIFICATIVO, Y LLENO DE TRABAJO PROFUNDO PARA MÍ,
y que llega a través de generaciones de mujeres ancestrales. Cuando recibí el Rito (de Doña Juanita) tuve un destello de percepción que me dijo que aunque técnicamente mi período no estaría vencido, que esta transmisión repentinamente realinearía mi ciclo para que mi período ocurriera exactamente en el punto de vaciado - la oscuridad de la luna. Pues bien, esto ocurrió exactamente, aunque mi período no debía llegar hasta casi otras dos semanas, y he sido extremadamente regular en el conocimiento de mi ciclo durante los últimos diez años por lo menos. Esto reafirma muchas de mis creencias espirituales innatas y mi conexión con la luna, y lo divino femenino... y nuestra Madre Tierra.
Nikki Sleath
Connecticut, Estados Unidos
DE NIÑA EN JAMAICA
Fui abusada sexualmente en varias ocasiones por dos vecinos adultos diferentes. En mi cultura los adultos siempre tenían la razón y los niños debían ser vistos, pero no escuchados. También existía la norma de no exponer nunca los trapos sucios (secretos) de la familia al público.
Reprimí todos los recuerdos de lo que había sucedido, pero cuando era joven y vivía en Estados Unidos resurgieron con venganza. Pasé muchos años en varias terapias de conversación, pero sólo recibí una medida de paz mediante el desarrollo de una práctica espiritual y una forma de terapia conocida como EMDR.
Al recibir el Rito del Útero de Marcela y varias otras hermanas en Chile, así como al darles a su vez el rito a ellas, ocurrió una sanación muy profunda. Sentí que por primera vez en mi vida, mi vientre fue reconocido como el espacio sagrado que es.
Estoy profundamente agradecida por haber recibido el regalo de esta sanación, y lo compartiré con las mujeres de mi país y de otros países.
Li Sann Mullings
24 de febrero de 2016
LA PERSPECTIVA DE UN HOMBRE
Como único hombre en una reciente clase de maestría de Four Winds, tuve el honor y el privilegio de sostener el espacio sagrado para 22 mujeres que recibían el Rito del Útero.
Sentí el amor del linaje entrar en mi cuerpo y limpiar mi parte "femenina", infundiéndome de energía sanadora, y equilibrando lo masculino y lo femenino. En cierto sentido, se me concedió el Rito del Útero. Esta fue una sanación muy poderosa para mí, ya que había estado luchando con mi lado femenino, repudiándolo toda mi vida. Me sentí renacido, renovado y completo, honrando profundamente la energía femenina en mí mismo y en todos nosotros.
Sólo después me di cuenta de que el Rito del Útero no tenía que ver con el género, sino con honrar y sanar el "Vientre Cósmico" femenino de todos nosotros. Como hemos entrado en el paradigma de lo femenino, son las mujeres -lo femenino- las que van a traer la paz y el amor al mundo y, como hombres, es nuestra responsabilidad protegerlas, sanarnos y unirnos a ellas mientras "todos" realizamos este trabajo sagrado.
Hermanos, os animo a participar en una de estas ceremonias del Rito del Útero y a apoyar a nuestras hermanas y al linaje de las mujeres de la medicina de la selva para traer la sanación al "Útero Cósmico".
Gregory Rills
New York